
Ya sabemos que la PX es y será siempre lo más ‘cool’ que haya sido capaz de fabricar VESPA en sus más de 60 años de historia, pero si hay un modelo que se acerca en clase y elegancia al gran mito es precisamente este, la Vespa GTS 300 SuperSport.

Como en la firma italiana no van precisamente escasos de historia, es fácil encontrar raíces para esta SuperSport en las legendarias variantes ‘Super’, modelos deportivos como la GS de 1955, la 180 SS de 1964 o la T5 ‘Pole Position’ de 1985 que desembocaron en la creación de la primera GTS Super.
Aún así, es con la adopción de este 300 cc, el motor más poderoso montado jamás en una Vespa, que las variantes GTS alcanzan sus máximas cotas de estilo, combinadas además con un nivel de prestaciones inéditos en las versiones comerciales de la marca italiana.
Una Vespa más agresiva


El desarrollo de este motor de 300 cc con inyección electrónica se ha focalizado especialmente en ofrecer una buena capacidad de aceleración, porque a pesar de su cilindrada, la GTS 300 SuperSport no deja de ser un scooter eminentemente urbano. Efectivamente, los 22 CV a 7.500 rpm, pero sobretodo los 22,3 Nm de par motor que llegan a las 5.000 rpm, no dejan dudas de la personalidad de esta Vespa y de su capacidad de tracción a la salida de los semáforos.
Fuera del entramado urbano, la disponibilidad de potencia también es remarcable, pero muy a pesar de sus 1.370 mm de distancia entre ejes, la configuración del scooter y el tamaño de sus llantas de 12 pulgadas no lo convierten precisamente en el vehículo más estable a velocidades superiores a los 120 km/h.


Llena de detalles


Vespa se ha lucido con el diseño de la GTS 300 SuperSport. La combinación de estilo y deportividad salta a la vista empezando por el exclusivo gris titanio de la carrocería. Lo mejor de todo no es solo que posea interminables detalles de acabado, sino que se han encontrado soluciones muy estéticas a necesidades muy prácticas. Prueba de ello son los estribos para el pasajero, por ejemplo.
El cuadro de instrumentos es completamente analógico (excepto el reloj) con números en blanco sobre fondo negro, un detalle que le viene como anillo al dedo. En él encontramos instintivamente toda la información necesaria, y los materiales y acabados generales son de primerísima calidad. El único dispositivo que no nos ha convencido del todo es el de los intermitentes, que es menos preciso que el selector convencional.

Todo lo dicho también tiene su lógico efecto en el precio del scooter. Son unos respetables 4.882 €, pero cargados de estilo por todas partes.
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FUENTE: dailymotos.com
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